Perspectivas de la industria del automóvil


El sector del automóvil, tal como lo conocemos, podría tener los días contados, ya sea porque cada vez se vendan menos vehículos particulares (por las circunstancias económicas sobre todo) o porque estos se usen de forma compartida (car sharing), siendo su utilización mucho más intensiva y eficiente. En cualquier caso los nuevos automóviles podrían ser en pocos años en su mayoría híbridos o eléctricos (lo que implica mayor simplicidad y escaso mantenimiento), además de incorporar sistemas de conducción autónoma. Si se suma a todo esto la creciente automatización de los procesos de fabricación, el panorama parece indicar cambios importantes.

El mercado no sólo cambia por las nuevas opciones tecnológicas, también cambian los hábitos de las nuevas generaciones, que muchas veces renuncian a comprar un automóvil (incluso sin razones económicas) o hasta prescinden de sacarse el carnet de conducir por desinterés.
Dentro de la ciudad, los tiempos, la incomodidad y el coste del aparcamiento desincentivan a cada día más gente de desplazarse en automóvil, siempre y cuando exista una adecuada opción de transporte público. El "descubrimiento" del tele-trabajo, la educación online y las reuniones de telepresencia también frenan la demanda de servicios de transporte. Y no olvidemos la bicicleta y los patinetes eléctricos. Todo esto además redunda en una mejora de la calidad del aire en las ciudades, por lo que recibe el apoyo de una gran cantidad de ciudadanos preocupados por su salud.
Los vuelos low cost también compiten con el automóvil, pues hoy día pocos turistas conducen más de 500 km pudiendo desplazarse en avión. El generalmente pequeño tamaño de las,  por otra parte, cada vez más escasas familias con hijos, hace de la opción de viajar en avión una elección competitiva. Para jóvenes, solteros y aventureros también existen otras opciones: autocar, plataformas como Blabla-car y tren.
Tenemos por tanto una demanda decreciente por multitud de factores de tipo estructural y coyuntural, que se une a una productividad por trabajador creciente por la automatización de la industria, lo cual no deja lugar a muchas dudas sobre la tendencia del empleo en el sector de la fabricación del automóvil.

Como en general en la industria el proceso de incremento de la productividad no redunda en mayores rentas para los trabajadores (más escasos además)  y estos son cada vez más de tipo precario, a menudo sub-contratados, la demanda de productos caros y relativamente prescindibles como un automóvil sufre una tendencia clara a la baja.

El estímulo del marketing también ha sufrido una importante "devaluación": Slogams como "Para qué quieres un coche" o "¿Te gusta conducir? se vuelven en contra. El uso compartido (car sharing) y los vehículos de conducción autónoma, respectivamente, se oponen a estas viejas ideas. Evitar los inconvenientes de la propiead de un auto y dejarse llevar entre el tráfico son opciones muy tentadoras.
 Para rematar el panorama, la dificultad de conceder más créditos a particulares puso otro límite al crecimiento del consumo.

¿Que podrían hacer las empresas abocadas al cierre más o menos inminente?

En los países donde no hay departamentos de investigación ni diseño, en los que el papel de la industria se limita a la fabricación del producto que se decide fuera, solo cabe esperar que se decidan por un cambio radical de estrategia desde la dirección en sus países de origen, pero un cambio que implique seguir fabricando en las mismas plantas..
Si no se da tal circunstancia (lo cual no es fácil) la perspectiva es un cierre paulatino de cada vez más plantas de producción. Sería deseable para todos que ante este panorama la administración permitiera y facilitara una reconversión del sector a otras tecnologías que pongan menos énfasis en la venta a particulares e incluso se enfoquen más en la venta de servicios en lugar de venta de producto.
Sería útil estudiar otras opciones como la producción de pequeños vehículos eléctricos y tecnología para PRTs (Transportes rápidos personales). Quizá podrían salvarse muchos empleos mediante la creación de cooperativas, empresas de financiación privada, o haciendo socios a algunos trabajadores involucrados, etc. Cualquier cosa menos quedarse esperando lo casi inevitable.











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