Cómo evitar la presagiada Crisis alimentaria global


Las portadas de The Economist levantan polémica y son analizadas como si de un oráculo se tratara. O tienen muy buenos analistas o -como insinúan los aficionados a las conspiraciones- tras esta publicación están nada menos que quienes inducen los hechos adelantados en sus artículos, pues suelen corroborarse no en pocos casos.

¿Será el efecto Pigmalión -o de profecía autocumplida- lo que explica el alto grado de aciertos del magazín? Quizá un poco, pero también dicen que al exponer unas previsiones o planes se reducen las probabilidades de que sucedan o se puedan llevar a cabo respectivamente. Afortunadamente existe el libre albedrío y el "determinismo económico" solo es una parte de la explicación, siendo las "ciencias económicas" bastante parciales y cargadas de prejuicios y malos-entendidos (el afán de crecimiento sin fin es uno de ellos).

Pero vayamos al asunto. La introducción al artículo The coming food catastrophe (La catástrofe alimentaria que se avecina) del número de The Economist del 21 de Mayo de 2022 adelanta sobre la guerra de Ucrania que:
La guerra está azotando un sistema alimentario mundial debilitado por la covid-19, el cambio climático y un shock energético

 Cabría matizar que: podría no haber sido tanto la covid-19 sino las (des)medidas de cuarentena; el shock energético no debería ser tal shock pues expertos geólogos independientes llevaban al menos 40 años avisando de lo que se avecinaba; el cambio climático sería menos dañino si se tomaran más medidas de protección, etc.

 En cuanto a la guerra "Ucrania - Rusia" (u OTAN - Rusia), recuerda mucho las siniestras estrategias denunciadas por Naomi Klein en La Doctrina del Shock: El Auge del capitalismo de desastre. La tesis del extenso y muy documentado ensayo sugiere que la inducción de "algunos" desastres geopolíticos crearían el caldo de cultivo necesario para la aceptación por parte de la población de soluciones salvadoras que de otro modo no hubieran sido aceptadas de ningún modo.

La única diferencia es que hasta la fecha esta doctrina se proponían aisladamente a nivel de países, pero ahora estamos en la "liga mundial", pues lo que se pretende es -nada menos- aumentar drásticamente las competencias de las instituciones supranacionales, encaminándonos en unas pocas etapas al deseado gobierno mundial o Nuevo Orden


Paul Roberts, que escribió The end of Oil (El fin del petróleo) investigó también el riesgo de que se produzca un shock alimentario en The end of food (El fin de los alimentos), avisando de que las estructuras que producen, procesan, transportan y comercializan los alimentos son frágiles y puede darse en algún momento una interrupción o bloqueo de la cadena de suministro, por diversas causas. Ya está ocurriendo con los chips y otras mercancías tecnológicas, pero podría ocurrir también con el sector de los alimentos, dependientes del gasoil -tractores, maquinaria agrícola y camiones- y los fertilizantes, además de la pérdida de fertilidad del suelo, el estrés hídrico y las plagas, por citar algunos factores

Más del 70 % de las reservas mundiales de fosfatos se encuentran en Marruecos y Sahara Occidental, pero también necesita amoniaco, que hasta ahora importaba de Rusia y Ucrania

Marruecos se plantea romper con esa dependencia produciendo su propio hidrógeno verde (a partir de fuentes de energía renovable) y así producir amoniaco uniéndolo con nitrógeno, presente en un 78% en el aire atmosférico 



Sea por la fragilidad de la cadena de suministro, la escasez de los fertilizantes o el gasoil, agotamiento de pozos o sequías, se requiere -urgentemente- una transición hacia un modelo de agricultura que proteja la fertilidad natural de la tierra (el suelo), consumir lo posible localmente, diversificar los cultivos, ahorrar agua, limitar el modelo economicista de las grandes explotaciones y proteger al agricultor tradicional (donde quede alguno)...

Portada de The Economist de Julio de 2012: La "s" de Spain cae y deja ' pain ', dolor en inglés 


Algunas Potenciales SOLUCIONES 

Esta parte estará algún tiempo en elaboración


Una posible medida podría ser NO subvencionar el abandono de cultivos por cuestiones de mercado, o al menos ser más cuidadoso con estas medidas. Evitar una sobreoferta puede estar bien pero por lo que se ha visto podrían no haber sido siempre estas las razones

Aumentar la producción es la solución más querida por los gobiernos y creyentes en la religión del crecimiento perpetuo. Aunque no es la solución más fácil ni económica quizá todavía puede hacerse algo en este sentido:

Una de las primeras medidas es asegurar el agua de riego a la vez que se toman medidas de ahorro

Allí donde lo han podido pagar, la desalación (o desalinización) de agua, ya sea por filtración osmótica como desalación térmica, se han creado una demanda de energía adicional. Una propuesta es aprovechar el calor residual de centrales térmicas (incluidas nucleares) para desalar agua de mar, de modo que no se gastaría energía adicional. Como muchas centrales térmicas -y nucleares- están a orillas del mar (o un gran río) para suplir sus necesidades de refrigeración, esta opción suena plausible a primera vista




Aumentar el nivel de CO2 en los invernaderos



Recuperar fincas abandonadas / rehabitar pueblos abandonados  
El que sea mínimamente observador habrá advertido que allí donde hay pueblos abandonados hay tierras de cultivo abandonadas. Lo que ha ocurrido en el último medio siglo es una conversión a un modelo de agricultura industrial de fincas cada vez más grandes, intensivo en energía fósil y maquinaria. Sin embargo, esta tendencia podría revertirse -y quizá debiera fomentarse- volviendo a un 



Recuperar la silvicultura sostenible  


Fomentar otros modelos agrícolas más eficientes, sostenibles y ecológicos

Agricultura bio-intensiva

Agricultura regenerativa, esta última también llamada de fijación de Carbono por su potencial en cuanto a atrapar Carbono (y por tanto CO2) 


https://www.vinetur.com/2021061865085/la-agricultura-regenerativa-contribuye-a-la-fijacion-de-carbono-devuelve-la-vida-al-suelo-y-frena-la-erosion.html


Tomar medidas para limitar la especulación de precios de las commodities de alimentos, pues también se pueden producir desabastecimientos por manipulación en los mercados

Fomentar intensamente el consumo de cercanía o Km0
Esta medida guarda estrecha relación con la soberanía alimentaria. No me refiero solo a consumir productos de cercanía, de temporada y ecológicos a poder ser, sino desincentivar que los países pobres (perdón, en vías de desarrollo) produzcan casi exclusivamente para los "ricos" cosas tan vitales para ellos como café, azúcar, cacao o algodón destinados a ser consumidos fuera de sus fronteras

Diversificar la producción vegetal incorporando algas, de agua dulce y salada
El mar podría ser una fuente de alimento de gran valor, insospechado hasta hace poco, pues al margen del pescado y marisco ofrece otras alternativas muy nutritivas y saludables
Las algas marinas son alimentos hipocalóricos, especialmente ricos en minerales, vitaminas y fibra alimentaria de alta calidad y potenciar su consumo ofrece un aumento considerable de la oferta alimentaria mundial



Huertos urbanos / huertos compartidos - comunitarios
 
Son una opción con un potencial mayor del que se le suele atribuir Lamentablemente, en muchos casos solo se ponen en marcha cuando la crisis obliga a muchas personas a tomar la iniciativa en comunidades. 

¿Quieres cultivar un huerto pero no tienes un terreno?

Tenemos la solución:

https://www.intrepids.org/huertos-compartidos


Son buenos ejemplos algunas ciudades de EEUU en las que -literalmente- han levantado el asfalto de zonas de parking para cultivar huertos y jardines en su lugar, lo cual no solo produce alimentos saludables sino que aplaca las altas temperaturas veraniegas de las islas de calor que constituyen los centros urbanos desolados (sin vegetación)
Pero también podrían citarse ejemplos de Marsella o Sevilla






Jardines comestibles y Xerojardinería (ahorro de agua y cuidados)

Fomentar estrategias inteligentes como la Permacultura 




En cuanto a Consumo

A título individual se podría contemplar comer menos carne y más productos de km0, vegetales sobre todo, así como en general ingerir menos cuando esto suponga una mejora en la salud

Comer menos carne

Para producir una caloría o una proteína de origen animal se necesita mucho más terreno, agua y energía que para producir una caloría o una proteína de origen vegetal. Es evidente que no todo el cereal ingerido por el ganado se convierte en carne o leche aprovechable, lo cual explica que:
una hectárea puede alimentar a 22 personas por un año si se cultivan patatas, 19 si se cultiva arroz, 2 si se usa para alimentar corderos y 1 si alimenta terneras. 

Una dieta carnívora requiere entorno a 4000 m2 de cultivos, mientras que una dieta básicamente vegetariana requiere 1000 m2 

A nivel mundial el 50% del trigo, el 70% del maíz y el 95% de la soja se destinan a la ganadería

Por si todo esto fuera poco, parece demostrado que el consumo de carnes rojas y procesadas eleva significativamente la probabilidad de muerte por enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular o diabetes.

Comer menos (pero más sano)
 
Si bien muchos estudios avalan la restricción calórica como uno de los factores más determinantes en la longevidad y la salud, conviene puntualizar que el ayuno proporciona mejores resultados que la dieta. 

Es más efectivo -y fácil de llevar- limitar la franja de tiempo de ingesta, lo que se conoce como ayuno intermitente, en lugar de limitar las calorías de cada comida
Sugiero este link para más info: La-genuina-fuente-de-la-eterna-juventud/

Aprovechar comida sobrante de industria, restaurantes y supermercados 

Se ha calculado que en el mundo cada persona desperdicia 121 kg de alimentos al año a nivel de consumidor; 74 de esos 121 kg se desperdician en los hogares

Algunas opciones para no tirar esos 74 kilogramos de excedentes:

Cultivos energéticos

Cultivos en casa, ventanas, terrazas, balcones y cubiertas

Conservas, deshidratados, semillas

Organizarse en cooperativas, km0, copropiedad


En conclusión, es mucho más probable que las verdaderas soluciones estén en The Ecologist que en The Economist

Y tú, ¿Qué opinas?

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