Como vengo explicando en
otros post de este blog (y su “tocayo” de tumblr) las opciones
para prevenir los daños por sequías prolongadas son muchas y
variadas, y son más efectivas si se analizan (y aplican) en
conjunto. Se agruparían en medidas de prevención y uso eficiente,
tratamiento y recuperación, y obtención sostenible (que excluiría la mayoría de pozos).
Por ejemplo, una posible
opción aplicable en los climas mediterráneos, en los que la
estacionalidad de las lluvias es muy marcada y las precipitaciones se
concentran en algunos pocos aguaceros, sería la recuperación de
agua de estas lluvias torrenciales y su acumulación en grandes
depósitos subterráneos. Otra posibilidad mencionada, ya de las de categoría
de “medidas de emergencia”, es el transporte de agua en gigantescas bolsas flotantes, pero
para hacerlo más eficiente, quizá se podrían estudiar y proponer
la posibilidad del arrastre con barcos que regresen descargados de una ruta, con lo cual se produciría un
ahorro de combustible y recursos, además de que los cargueros pueden
mejorar su rentabilidad añadiendo un ingreso adicional.
Una posibilidad interesante
sería empezar a considerar que se produjera agua destilada en las
plantas energéticas (centrales térmicas) situadas a la orilla del
mar, que actualmente están evaporando grandes cantidades de agua
mediante sus torres de refrigeración.
Una idea aún más “rara”:
intercambiar energía solar por agua. Se trataría de un
mega-proyecto consistente en producir energía solar térmica en
regiones muy áridas y desiertas (como el Sahara) para enviar parte
de ella a Europa (como ya proponía el proyecto Desertec), y a cambio
obtener como parte del pago productos agrícolas de alto contenido en
agua cautiva, como cereales. Por otra parte, las plantas eléctricas
termo-solares pueden producir agua mediante plantas de
destilación que aprovechan la energía térmica de la condensación
del ciclo de vapor. Intercalada en esta super-eficiente
infraestructura se podrían instalar invernaderos de agua salada,
para mejorar aún más la sinergia de todo el sistema, así como
cultivo de algas (ricas en proteínas y otros nutrientes).
En otro orden de
“inversiones” entrarían las replantaciones de bosques, que son
un sistema autosostenible que favorece atrapar el agua de las lluvias
hacia los acuíferos, evitando escorrentías, refrescando los
micro-climas, y produciendo maderas de alto valor comercial que
pueden ser aprovechadas mediante sistemas de tala no intensivos. Los
bosques podrían diseñarse también en función del valor comercial
de estas especies, además de otros posibles “productos”.
Otra medida de enorme
impacto sería la transformación de la dieta rica en carne a una más
sana y tradicional, más rica en legumbres y proteínas de origen
vegetal, además de pescados de piscifactorías alimentados en parte
con las algas y microalgas de las plantas mencionadas arriba.
También es muy probable que
en algunos años los mataderos empiecen a ser sustituidos por granjas
de “cultivo” de carne, es decir, producción sintética de tejido
cárnico, evitando la “necesidad” de sacrificar animales (por si
esto fuera poca justificación, se ha calculado que son necesarios
algo más de 15.000 litros de agua para la “producción” de un Kg
de carne de vacuno natural).
Otra forma de ahorrar agua
sería el cultivo de alimentos -ricos en agua-, como ciertos cactus
como la chumbera, o variedades adaptadas al riego con aguas salobres,
de melones, sandías, uvas, tomates y también olivos.
En cuanto a la ganadería,
si bien la sustitución de la carne por otros tipos de proteína
serían lo más deseable, entre tanto esto sucede se pueden proponer
cambios como la cría de animales más resistentes a la sequía en
lugar del ganado vacuno; quizá cabras, o incluso avestruces.
Otra idea que podría
explorarse y desarrollarse es la “caza” del rocío nocturno y la
humedad de las brisas marinas y el aire húmedo. Las mallas caza-brisas empleadas
en el norte del desierto de Atacama solo son una de otras muchas
posibles “técnicas”.
Las ideas y posibilidades
parecen infinitas; nuestra mayor riqueza depende de lo que hagamos
con ese kilo y medio de "materia gris" que es un 90% agua. Después de
todo, somos los privilegiados habitantes de un asombroso planeta
azul.
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